Manu & Elena












Cada vez me apetece más salirme de mi zona cómoda en ciertos ámbitos y experimentar un poco con otros campos que no domino mucho (mejor dicho, nada), pero que me resultan interesantes como medio de expresión. Así que hace poco, se me presentó la oportunidad de diseñar una invitación de boda y lo hice, ¿por qué no? Hay muchas razones del por qué no, la primera y más obvia, porque no es mi trabajo ni sé nada de diseño gráfico y la segunda porque después de lanzarme a ello caí en la cuenta de que es una responsabilidad importante. Es lo primero que verán los invitados antes de llegar al evento en cuestión, dándoles una cierta idea de por dónde va ir la imagen y la estética de la boda. Pero igualmente me lié la manta a la cabeza y me puse manos a la obra.

Arriba podéis ver el diseño original y a continuación el resultado. Creo que no hace falta explicarlo mucho, pues dicen que una imagen vale más que mil palabras, así que esto es como si escribiera siete mil palabras. Evidentemente, los datos telefónicos y bancarios están borrados por cuestiones de seguridad.






María María y Alemao



























Hace ya dos años que María María y Alemao se casaron por lo civil en Málaga y lo celebraron por todo lo alto durante cuatro días. Yo al tercero morí. Fue una boda  íntima, con pocos amigos y familiares pero bien escogidos y muy dispuestos a liarla parda y pasarlo en grande. Desde luego, fue memorable.

Esto es solo el principio pareja!! Espero que sigáis tan guapos y felices como hasta ahora y que no tardéis mucho en hacerme tita.

Aquí tenéis las fotos del enlace.






ReAlimentando mi ego

















Las fotografías de este álbum son autorretratos en los que he realizado todo el proceso creativo de principio a fin. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Esta vez, los autorretratos que muestro, a mi entender son mucho más puros, más esenciales, sin artificios, sin maquillaje y sin variar mucho el cabello. Los fondos son neutros. Lo que prima es la expresión del rostro, mucho más dramática que las anteriores sesiones. Estas fotografías las realicé en abril del pasado año 2013, recién llegada a París y cargada de emociones. Volver al origen, sólo la cámara y yo. Sin flashes, ni luces dirigibles y sin ni siquiera un trípode donde apoyar la cámara. Medios precarios y de rodillas en el suelo durante toda la sesión, castigada. Y al fin liberada.